Hay veces que me veo en retrospectiva y me pongo
a pensar que porque a pesar del tiempo sigo aferrado en quererla. En ocasiones
pienso que es por mi orgullo de pensar que tengo que lograr que este conmigo
por el simple ego del conquistador, otras creo que es porque necesito una mujer
como ella que me regrese al piso siempre que empiece a subirme en un Ladrillo
de egolatría, incluso a veces pienso que es porque siento que es la única oportunidad
real que tengo de amar.
Todos esos pensamientos y más vienen a mi cabeza cuando pienso en ella,
mas sin duda siempre regreso a donde mismo cada vez que la miro, y es que sus
defectos tienen algo que la hace ser perfectamente imperfecta, me encanta saber
que a veces me necesita y le puedo salvar el día, o como se pone de mi parte en
cada situación, y me es motivante echarle ganas a la vida porque tenemos muchos
planes pendientes.
La
verdad no sé qué me depare el destino al quererla, ni siquiera sé si ella me
quiera, lo que sí sé que en un día de marzo la mire llegando a aquel lugar
vestida de azul y llamó mi atención, desde ahí supe que haría lo que pudiera
para que este conmigo, aun no lo consigo pero eso me motiva a olvidarme un poco
del estrés, de la ansiedad y es por eso que me hace sentirme bien el quererla.
A veces pienso que ella lo sabe, otras que no;
pero si sé que gracias a lo que ella me hace sentir puedo sentirme Bécquer o Neruda,
puedo escribir los versos más dulces o perderme en el universo de sus ojos, puedo
ser don quijote en busca de dulcinea, porque igual que en el principito, ella
es mi rosa y yo el zorro que ha domesticado.